Este año por fin he conseguido recuperar el hábito de la lectura que había perdido muy a mi pesar. De todos los libros que han pasado por mis manos (unos 15, es una cifra un tanto pírrica si me pongo a comparar con otros blogs, pero para mí es todo un logro) estas han sido mis preferidas.
La primera posición va para El regreso (Rosamunde Pilcher), la novela que me mantuvo enganchadísima durante el verano, y con la cual disfruté como hacía mucho que no hacía. Seguramente algo tuvo que ver mi anglofilia, porque en cuanto empiezo a leer las descripciones de los paisajes, las costumbres, las tazas de té yendo y viniendo y las preciosas casas de campo, y a mí ya me tienen ganada.
En segundo lugar estaría Tormenta de espadas (George RR Martin). Este año me leí los tres últimos tomos publicados de esta saga, pero sin lugar a dudas el tercero es el más impactante y sorprendente de todos. El cuarto volumen me aburrió un poco porque hay ciertos personajes, como Brienne, cuyos capítulos se me hicieron muy cuesta arriba porque me resultaban un sinsentido. El quinto tomo también me gustó bastante, sobre todo su parte final, porque reconozco que los capítulos de Daenerys eran peor que estudiarse la lista de los reyes Godos. Pero el tercer libro, como decía, es para mí el mejor, el más completo, el más emocionante y el que creo que tiene menos puntos negativos.
Historias de Londres (Enric González) completaría mi Top 3 del año, porque me encanta el fino sentido del humor de Enric y su forma de escribir que lo hace tan cercano, sobre todo en los primeros capítulos. Además, aprendí muchísimo sobre Londres gracias a este ejemplar.
84 Charing Cross Road (Helene Hanff) ha sido mi última lectura de 2013 y lo leí en un santiamén, no sólo porque es bastante fino, sino porque su formato epistolar lo hace bastante dinámico y no puedes evitar seguir leyendo carta a carta y sonreír a cada ocurrencia de Helen. Espero escribir la reseña pronto.
Tess, la de los D'Uberville (Thomas Hardy) me dejó un sabor de boca un tanto agridulce como ya os comenté en el post que escribí sobre este clásico de la literatura. Pero pese a la impotencia y los malos ratos que llegué a pasar, reconozco el valor de Thomas Hardy a la hora de plantear una historia como esta. Y la aparición de Stonehege me pareció tan maravillosa que ahora muero de ganas de ver ese monumento ancestral en primera persona.
Y termino mi listado de mis mejores lecturas del año con el misterio de El brillo de las luciérnagas (Paul Pen), una historia intrigante que te atrapa desde el principio y donde vas tan a ciegas como el niño protagonista, aumentando progresivamente tu interés acerca de qué ocurrió años atrás. Lamentablemente, como suele ocurrir en este tipo de historias, el desenlace no es tan potente como prometía, pero aun así es una buena opción si buscas una lectura entretenida y ligera.
La primera posición va para El regreso (Rosamunde Pilcher), la novela que me mantuvo enganchadísima durante el verano, y con la cual disfruté como hacía mucho que no hacía. Seguramente algo tuvo que ver mi anglofilia, porque en cuanto empiezo a leer las descripciones de los paisajes, las costumbres, las tazas de té yendo y viniendo y las preciosas casas de campo, y a mí ya me tienen ganada.
En segundo lugar estaría Tormenta de espadas (George RR Martin). Este año me leí los tres últimos tomos publicados de esta saga, pero sin lugar a dudas el tercero es el más impactante y sorprendente de todos. El cuarto volumen me aburrió un poco porque hay ciertos personajes, como Brienne, cuyos capítulos se me hicieron muy cuesta arriba porque me resultaban un sinsentido. El quinto tomo también me gustó bastante, sobre todo su parte final, porque reconozco que los capítulos de Daenerys eran peor que estudiarse la lista de los reyes Godos. Pero el tercer libro, como decía, es para mí el mejor, el más completo, el más emocionante y el que creo que tiene menos puntos negativos.
Historias de Londres (Enric González) completaría mi Top 3 del año, porque me encanta el fino sentido del humor de Enric y su forma de escribir que lo hace tan cercano, sobre todo en los primeros capítulos. Además, aprendí muchísimo sobre Londres gracias a este ejemplar.
84 Charing Cross Road (Helene Hanff) ha sido mi última lectura de 2013 y lo leí en un santiamén, no sólo porque es bastante fino, sino porque su formato epistolar lo hace bastante dinámico y no puedes evitar seguir leyendo carta a carta y sonreír a cada ocurrencia de Helen. Espero escribir la reseña pronto.
Tess, la de los D'Uberville (Thomas Hardy) me dejó un sabor de boca un tanto agridulce como ya os comenté en el post que escribí sobre este clásico de la literatura. Pero pese a la impotencia y los malos ratos que llegué a pasar, reconozco el valor de Thomas Hardy a la hora de plantear una historia como esta. Y la aparición de Stonehege me pareció tan maravillosa que ahora muero de ganas de ver ese monumento ancestral en primera persona.
Y termino mi listado de mis mejores lecturas del año con el misterio de El brillo de las luciérnagas (Paul Pen), una historia intrigante que te atrapa desde el principio y donde vas tan a ciegas como el niño protagonista, aumentando progresivamente tu interés acerca de qué ocurrió años atrás. Lamentablemente, como suele ocurrir en este tipo de historias, el desenlace no es tan potente como prometía, pero aun así es una buena opción si buscas una lectura entretenida y ligera.
En los próximos días tengo preparados varios posts sobre las mejores series y pelis vistas en 2013, y por supuesto lo que más espero de 2014... así como mi pequeño auto-reto para este año de leerme un mínimo de 20 libros cuyo listado os revelaré la semana que viene. ¡Nos seguimos leyendo!