Hoy quería hablaros de varias series que he estado viendo estas últimas semanas. A la que os escribo ya he terminado también The Hour, pero esa serie bien merece un post aparte, que espero no tardar mucho en escribir. Pero ahora vamos a lo que interesa hoy, tres series muy diferentes entre sí, que me han provocado muy diversas sensaciones. ¡Vamos allá!
Esta miniserie dirigida por Jane Campion tiene su mayor virtud en la espectacularidad de los paisajes de Nueva Zelanda, donde se ubica la trama; y en una acorde preciosista fotografía. La historia trata sobre la desaparición de una niña justo cuando la policía descubre que estaba embarazada. Elizabeth Moss (Mad Men) es la detective encargada de investigar el caso. ¿Quién es el padre? ¿Qué le ha pasado a la niña? ¿Está viva o muerta? ¿Se esconde o la esconden? La serie comienza bastante bien, con un misterio interesante, y con la intriga del tormentoso pasado de la protagonista que iremos descubriendo poco a poco.
El gran problema es que llega un momento en que el guión empieza a flojear y los personajes cada vez tienen actitudes más estúpidas. No podía evitar gritar a la pantalla cada dos por tres: "¿Por qué haces eso?""¿Pero a quién se le ocurre?""¿Pero de qué va este?" Eso por no mencionar al horrible personaje de Holly Hunter y su insoportable séquito de seguidoras... y mira que prometía en un principio, pero nada más lejos de la realidad. Además, notamos cierta misandria, porque es poco creíble que no haya ningún personaje masculino con valores positivos. Destaco por encima de todo la gran actuación que nos regala Elizabeth Moss en el papel de una mujer obsesionada con la idea de proteger a una niña en quien se ve reflejada. La actriz tiene en concreto un par de momentos de poner los vellos de punta.
De actualidad ahora gracias al remake americano (The Bridge, con Diane Kruger), Bron/Broen es una serie coproducida entre Suecia y Dinamarca, con dos protagonistas formidables. Ese es el punto fuerte de la serie, la relación que se establece entre Saga Noren, implacable agente sueca con graves problemas para relacionarse con los demás y cuyo único objetivo es darlo todo en su trabajo; y el dicharachero y un tanto mujeriego policía Martin Rhode. Es genial observar cómo en un principio ambos caracteres tan contrapuestos chocan, pero con el paso del tiempo empiezan a entenderse y a trabajar como un equipo. Me encanta cómo Martin va aconsejando a Saga cómo hablar y actuar en diversas situaciones, y cómo ella va intentando, poco a poco, ir mejorando sus habilidades sociales.
La trama de fondo es la de un asesino en serie que pretende con cada uno de sus crímenes poner de relieve algún tipo de problema, ya sea económico, social, legislativo... de Suecia o de Dinamarca, haciendo hincapié en las desigualdades entre ambos países. Pronto se torna en mediático, teniendo incluso sus admiradores que piensan que es loable su intento por hacer despertar a la sociedad y a los políticos de su letargo. La serie logra mantenerte en tensión, sobre todo a medida que van transcurriendo los episodios y vamos llegando al electrizante y sufrido sprint final. Ya se prepara una segunda temporada, que cuenten conmigo porque por supuesto que la veré.
Kate Winslet es una de mis actrices favoritas en la actualidad, y en esta Mildred Pierce vuelve a dar una lección de interpretación que le valió merecidamente el Globo de Oro y el Emmy. Si de mí dependiera habría acortado la miniserie en 2 o 3 capítulos en lugar de 6, porque creo que acaba haciéndose un poco pesada y en mi opinión la historia no daba tanto de sí. De hecho, hay una película protagonizada por Joan Crawford que te cuenta básicamente lo mismo en 110 minutos. Eso sí, ha sido un gustazo disfrutar con la ambientación de los años 30 en Estados Unidos: los maravillosos coches (ahora son taaaaan antiestéticos), los vestuarios, los decorados repletos de objetos súper cucos (sobre todo en las cocinas), las impresionantes casas... todo está cuidado al más mínimo detalle. Y los restaurantes Mildred's son una pasada: ¡si existieran de verdad moriría por ir a cenar a uno!
Me ha entusiasmado ver cómo la protagonista hace frente a las adversidades y es capaz de ir ascendiendo en el negocio desde el escalón más bajo, mostrando una entereza y una valentía fuera de lo común. Me da mucha pena (y mucha rabia) que una mujer autosuficiente y emprendedora en una época donde las féminas se quedaban en casa a esperar a los maridos, luego se muestre tan débil y dependiente ante ciertos personajes de la historia. Pero de eso se trata, supongo. La verdad es que la serie da para debatir bastante. Aunque no te deja con buen cuerpo, os la recomiendo.
¿Habéis visto alguna de estas tres series? ¿Qué os parecieron?